Superficie variable, sabor a
sal, abismo infinito, refugio de tesoros, vientre poblado por innumerables
criaturas.
Solo escucho tu silencio,
cuando no hace tanto, en tu orilla lo único que oía era un sin fin de palabras
de amor bien sonoras, como una brisa fresca en mi corazón.
Ahora la soledad, frente a un
mar cruel y frío, inmenso y oscuro, lejano y extraño.
Ante mi se extiende el vasto
horizonte, tan cercano como inalcanzable.
Pesadilla sin fondo,
sumérgeme en tu lecho.
Narciso del Río
No hay comentarios:
Publicar un comentario